Siempre entre los 3 primeros puestos de las clasificaciones de los países del mundo por su bienestar y por su consumo de vino, la vida en Luxemburgo es bastante agradable. Se trata de un destino de Europa Occidental fascinante. Su capital parece sacada de un cuento de hadas. Su casco antiguo es patrimonio de la UNESCO, colgado de forma espectacular de un impresionante precipicio. El país limita con Alemania, Francia y Bélgica.

Más allá de la capital de Luxemburgo, pronto se encontrará rodeado de colinas boscosas, con una serie de pueblos preciosos que parecen puestos de mercado bajo castillos medievales. No hay que dejar de visitar la región vinícola de Moselle. Este pequeño país está lleno de sorpresas y es el símbolo de una reconstrucción exitosa después de su destrucción masiva durante la Segunda Guerra Mundial, que es el leitmotiv de todos los museos del país, por supuesto.

En seguida notará la increíble diversidad de la población, tanto en la forma de vestirse de la gente como en el número de lenguas extranjeras habladas. Hay un motivo: Luxemburgo tiene una comunidad extranjera que supone aproximadamente el 70% de su población, procedente de toda Europa y todo el mundo.

Su capital comparte el título de capital de Europacon Bruselas y Estrasburgo, ya que en estas 3 ciudades se encuentra la mayor parte de las oficinas políticas y administrativas de la Unión Europea.

Hay muchos lugares que visitar, incluidos principalmente:

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