Una línea de dunas de arena solitarias que se extienden por unos 60 km; una colina llena de cruces de madera tan altas que resulta increíble, en Šiauliai (zona centro-norte del país); una ecléctica capital que fue construida en el siglo XVII… Los encantos de Lituania son peculiares, inolvidables y, a menudo, preciosos.

Se trata del más meridional de los tres países bálticos (que, además, incluyen Estonia y Letonia). Definitivamente, se merece aparecer en más listas de destinos deseados de los turistas

Disfruta con el vibrante casco antiguo de Vilna, la capital de Lituania. Es un precioso conjunto de brillantes palacios barrocos, callecitas invitantes e iglesias coloridas. ¡Pero no es es una pieza de museo! Cruza las grandes puertas de madera para encontrar pubs y bares alegres, terrazas ocultas y restaurantes románticos. Ruinosos edificios esconden boutiques de diseño y tiendas de artesanía de alta gama. Es una ciudad ideal para un fin de semana.

La escapada de un día más popular desde la capital es un viaje corto en tren (aprox. 30 km) al Parque Nacional Histórico de Trakai, una excursión que combina la belleza natural de varios lagos interconectados con una lección sobre la historia lituana. El punto fuerte es cruzar un pequeño puente peatonal al Castillo Medieval de la Isla, restaurado, que sobresale en el lago Galvė. El Museo de Historia de Trakai cuenta la historia del castillo y cuenta con una colección de armas medievales. Pero, si lo prefieres, puedes alquilar un hidropedal para explorar uno de los lagos a placer.

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